lunes, 16 de enero de 2017

Zoso, tributo a Led Zeppelin hicieron una gran actuación en la Velvet el pasado 13 de enero en Málaga

Cuando me acerqué el viernes pasado sin muchas pretensiones a ver la actuación del enésimo grupo tributo que aparece, Zoso, de Almería, que iban a actuar en la sala Velvet de Málaga, no albergaba muchas expectativas. Si que sentía cierta curiosidad por ver a unos valientes que se atrevían a emular al grupo de rock más grande de la historia. No es moco de pavo subirse a un escenario a tocar temas de Led Zeppelin. Las cosas como son, no es lo mismo montar un grupo tributo de los Beatles que de Led Zeppelin, ni siquiera de Iron Maiden o Metallica que de Led Zeppelin. Pero la realidad es que mis expectativas eran bajas. Es verdad que el hecho de que visten como gente normal y no tratan de montar un circo como otros muchos tributos, era una señal positiva, aunque a alguna gente les gusta el circo. Si que se echa de menos que el guitarrista, que domina de forma importante su estratocaster, portase una Gibson Les Paul como el gran guitarrista de la banda. En contraste, el "tipo" de la batería y el Fender Jazz del "John Paul Jones" estaban en sintonía. Empezaron desacoplados, con la base rítmica algo perdida, pero fueron conjuntándose y poco a poco fue engrasándose la maquinaria. La verdad es que hay que decir que por separado estuvieron a la altura, y de forma unida, hicieron un trabajo muy digno, que nos permitió a algunos soñar con el evento que nunca hemos presenciado y que probablemente nunca presenciaremos. El sonido en general de cada instrumento, diría yo que es casi lo mejor conseguido en comparación con Led Zept, mucho más cerca del circo, pero menos fidedignos al original. De todos ellos, destacaría el excelente sonido de la batería, fue quizás de lo más parecido a Led Zeppelin que hemos podido escuchar en discos y videos. En relación a los músicos, todos a un nivel muy alto. Al cantante a veces le faltaba una octava, difícil de conseguir ante las cualidades de un Plant inigualable, pero muy bien trabajado. El bajo sobresaliente, junto con el batería con esa pegada que realmente te recordaba a Bonham, aunque unidos a veces no eran esa máquina perfecta Jones-Bonham. Es cuestión de tiempo. El guitarra sin duda matrícula de honor, a veces muy cerca del original, si bien los desarrollos de page son muchas veces palabras mayores. Hay que destacar en todo caso que el repertorio elegido fue atrevido, con canciones como No Quarter por poner un ejemplo, cuando no disponen de órgano, aunque no faltaron Rock and Roll, Stairway to Heaven o Black Dog. Creo que el esfuerzo que conlleva aprenderse canciones tan complejas, ensayarlas y conjuntarlas, viajar, y tocar delante de escasamente 40 personas con una compensación económica, seguro que muy insuficiente por el momento (no son Pink Tones), merece unas "Gracias" en mayúsculas. Allí estaremos la próxima vez que vengan

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